lunes, 22 de junio de 2015

El mito de la tendencias

Para muchos, las tendencias de moda son un gran misterio, cómo se predicen y quién las dicta. Sin embargo, no hay gran magia mas que pura programación y manipulación.

Las tendencias de moda son fenómenos cíclicos que responden a muchos factores económicos, sociales, e incluso, psicológicos. Podríamos decir que básicamente las tendencias se nutren del consumismo. 

En el pasado, desde la última etapa de la Edad Media y durante el Renacimiento, con el fortalecimiento de la burguesía surge un sentimiento de imitación y emulación hacia la clase noble. 

Es importante comprender ese momento de la historia pues es cuando los valores sociales se inclinan por un individualismo que impera ferozmente en la actualidad.

De hecho, es gracias al individualismo, la seducción, la fantasía, el lujo y el gusto por las novedades que la moda es moda. Aunque, también ha habido otros factores en la historia que han moldeado el sistema actual de la moda. 

Ahora bien, la década de 1920 nos muestra otros episodios relevantes como lo es el desarrollo de la producción en masas cuando se estableció la ley de la obsolescencia programada. Es decir, se determina un tiempo corto de vida útil de un producto para propiciar su sustitución con la compra de otro. (Aglunos apuntan que esto sucedió en 1932, otros marcan 1924 como inicio con las medidas de producción del Cartel Phoebus). 


foto Google: Las medias de Nylon de DuPont, en sus inicios eran super resistentes, pero con la ley de la obsolescencia programada se diseñan para que se rompan en pocos usos.

El sistema de Listo-para-vestir, que ya estaba bien asentado en Estados Unidos permitió la aparente democratización de la moda y aceleró el acceso a ella.

Por su lado, como bien lo explica Gilles Lipovetsky, la introducción del vestido tubo de calle, junto a todo el concepto de mujer moderna promovido por Coco Chanel, facilitó la producción en serie de ropa pues lo diseños de ella eran muy imitables.


foto Google: El famoso vestidito negro de Coco Chanel (1926), simple, sencillo y elegante. Toda una innovación en su tiempo, sigue siendo atemporal y muy imitado.

A ello hay que sumarle la influencia de los medios de comunicación para la difusión de la moda a las masas. Eso explica la importancia que posee Anna Wintour en las decisiones para escoger lo que se publicará.

No es hasta en los 60's que la moda se "democratiza" por completo, mientras la Alta Costura pierde terreno lentamente. Es la era de los jóvenes, surgen nuevos valores, el pudor deja de ser un obstáculo, así mismo el perfeccionamiento de los acabados, el buen gusto y el talle apropiado.

Esa década marca el fortalecimiento del consumismo, al menos de forma evidente, tanto que llega a ser objeto de inspiración como las obras de Andy Warhol y su arte Pop.


Foto Google: Marylin de Andy Warhol en 1967, un reflejo de la producción en serie.

Prácticamente todo se vuelve válido y las tendencias casi las puede dictar cualquiera que pueda influenciar en las masas.

De ahí surge el estudio del comportamiento de compra para la predicción de tendencias, "la caza de tendencias" que hoy ya forma parte de la oferta académica de muchas universidades.

En la industria de la moda vienen funcionando desde hace unas décadas los gabinetes de moda y estilo, son una especie de laboratorios donde se establece lo que será tendencia. Esto se hace con un promedio de dos años de antelación.

Sus soldaditos son los cazatendencias quienes observan las preferencias de la gente en la calle. Otros profesionales analizan sucesos en el mundo que puedan influenciar en la decisión del consumidor.  La industria textil  también está involucrada y demás, hay oficinas especializadas en colores.
Foto Google: Pantone presenta tendencias de color para cada temporada, no sólo para la moda, también interiorismo, etc.

Se estima que es con la industria textil y la de colores donde comienza esa cadena de selección de elementos que darán vida a la próxima tendencia.

Guillaume Erner afirma que las tendencias son elementos que se plantean como “naturales”, pero en realidad han sido planificadas según las necesidades de la industria. 

Todo debe decidirse a puerta cerrada, como lo señala  Patricia Rosales directora de la Escuela Superior de Moda y Empresa (Esme) en un entrevista realizada por Ecodiario en 2008.

Estas agencias ofrecen sus servicios a los diseñdores. Por supuesto, no es nada barato, pero es la guía que se necesita para estar actualizado.


foto Google: Promostyl es una de las agencias de estilo que ofrece predicciones de tendencias para la moda. Estos cuadernos los usan muchos diseñadores para preparar sus colecciones.

Decía Lipovetsky que "la tendencia revela el poder de los caprichos del público o de la prensa. Como el de los modistos, los cuales  se ven obligados (bajo pena de fracaso comercial) a seguir la dinámica a adaptarse a los gustos del momento."

¿Democracia o dictadura de la moda?

El fenómeno de las tendencias es complejo por su mismo hermetismo en el que se desarrolla. Gracias a varios estudiosos que podemos acceder a cierta información de análisis para quitar ese halo de incógnito que rodea a las tendencias.

Por un lado, Georg Simmel sostiene que las tendencias resultan cuando las clases altas escapan temporada tras temporada de la estética de las clases bajas, en una lucha de clases teñida de marcas y estilo. 

Pero si lo entendemos por el lado comercial, los cambios son necesarios para mantener viva la actividad de compra-venta.  Al respecto, Frédéric Godart indica que la moda es un cambio regulado que se produce a intervalos constantes y casi siempre cortos. Se trata de una industria dual ya que conjuga la actividad económica con la producción de objetos y  la artística con la creación de símbolos.

Esto nos coloca en el punto inicial de la ley de la obsolescencia programada. Si un producto dura toda la vida, no habrá necesidad de comprar de nuevo y los empresarios pierden, por ello se regula la vida de los bienes de consumo.


foto google: colección de Moschino, por Jeremy Scott para el otoño-invierno 2014, toda una ironía sobre el consumismo

Realmente las tendencias son herramientas de la mercadotecnia, la madre de las falsas necesidades. 

Cada vez los productos duran menos y siempre nos venden la idea que necesitamos un nuevo producto porque es mejor, porque es más actualizado, porque te hará felíz, te hara más jóven, más bellos, en fin, es sólo manipulación para que la sociedad sea consumista.

En la moda no hay democracia alguna como se ha querido explicar. Se dice que con el declive de la Alta Costura se democratizó la moda.

Lo que sucede es que pareciera que hoy hay mas estilos con el fenómeno de las tribus urbanas. Pero la ropa no se puede producir sola si no hay materia prima, el tejido. La industrial textil tiene mucho poder en la moda.

Por ejemplo, si uno desea comprar un género en específico, sólo podrá conseguirse si la industria determina si será tendencia. Los gustos muy determinados se pueden adquirir con un diseñador que produzca a medida y posea su propia fábrica textil y eso tiene un precio muy elevado.

Así pues, no hay democracia, sólo la idea de que podemos escoger entre una serie de productos, pero con una variedad limitada de colores, texturas, formas, durabilidad, etc.