domingo, 8 de febrero de 2015

VICTIMAS DE LA MODA V, "Marionetas del consumismo"

Quedan privadas de su racionalidad ante el dictado de las tendencias, son capaces de endeudarse sólo para presumir ser la más "a la moda".  No le tienen miedo al bisturí o a los "tratamientos" con la esperanza de emular un ideal de belleza. Son fans de las dietas y de los cambios constantes de imagen.

Buscan una imitación ciega de los iconos de estilo y abusan del uso de cosméticos. La elección de su indumentaria es en pro de la tendencia y no de la salud.

Son personas vulnerables a los prejuicios sociales, adictas al materialismo, quedando deslumbradas ante la publicidad de moda.

Este es el perfil base de una víctima de la moda. Pero, ¿Quién puede ser víctima de la moda?. Quien diga que la moda no es lo suyo, acaba de hacer una declaración de moda.

Justamente por esa premisa fue que en la segunda mitad del siglo XX la moda sufrió un cisma. Entre los primeros antimodas están los moteros, gente renegada, que era temida y aborrecida por su estilo desprolijo a base de botas, jeans, playera y chaquetas de cuero. Lucir así era estar totalmente fuera de estilo y no era una opción a tomar en cuenta por la industria de la moda.

Sólo bastó que Elvis Presley, Marlon Brando y James Dean vistieran así para que la juventud de aquel tiempo adoptara ese estilo como su moda y la industria se tuvo que rendir ante sus complacencias. 

El culto al jean nace con éste fenómeno y lo usan tanto los que aseguran estar a la moda como los que consideran a la moda absurda.

Esta ironía hace que la gente sea involuntariamente seguidora de la moda. Pero cuando se acatan estas modas obsesivamente y sin fuste es cuando se llega a ser víctima de la moda.

La marca de un producto es la piedra angular, no sólo de la moda, sino de la pedantería del consumismo. La magia que ofrecen las marcas en la actualidad es resultado de lo que puede simbolizar en el consumidor.

Las  palabras seductoras de Marylin Monroe revolucionaron cuando en una entrevista le preguntaron "¿Qué usa usted para dormir?",  ella responde: "Unas gotas de Chanel  No. 5".

Las ventas del aclamado perfume se dispararon en una publicidad gratuita e involuntaria, pero lo decía la mujer más sensual del momento y eso fue suficiente para despertar el deseo de adquirir dicho producto.

Las víctimas de la moda compran por imitación, por vanidad y otras por escalonar un estatus social. Así que si una marca representa esos ideales es bienvenida. 

Algunos sociólogos se han molestado en estudiar la moda como es el caso del reconocido Guillaume Erner, quien sentenció en su libro Víctimas de la moda: "La moda es una mentira en la que todo el mundo quiere creer. Aunque nadie nos obliga, todos estamos sujetos al deber de la moda, incluso sin saberlo y contra nuestra voluntad".

Si bien Erner dice que nadie nos obliga a seguir la moda, también están las teorías del poder que tiene la publicidad para influenciar el comportamiento de compra de una persona.

La revista italiana Salute Nature realizó una investigación con el resultado del 82% de las mujeres consultadas dicen ser víctimas enfermizas en su obsesión por la ropa, calzado, accesorios y joyas, algunas en mayor grado que otras.

Por otro lado, Naomi Klein en su libro No Logo analiza el efecto de las marcas en la sociedad actual. Explica cómo el objetivo principal es asociar la marca a una imagen de prestigio o de vida atractiva. Sostiene que las marcas no intentan patrocinar la cultura, sino de ser la cultura misma.

Klein agrega,"el proyecto de transformar la cultura en poco más que una colección de extensiones de las marcas no hubiera sido posible sin las políticas de desregulación y de privatización impuestas en las tres últimas décadas".

Y es gracias a la globalización que la moda funciona bajo el sistema de licencias y franquicias. No importa en dónde esté hecho, ni la calidad, si nos veremos bien o mal, si nos enfermarán, mientras lleve el logo de la marca, se vende.

"Son muchas las personas que se han convertido en víctimas de la moda, usando cosas que no le sientan para nada bien. Por el otro lado, están aquellas que reniegan completamente de las tendencias y terminan arruinando su apariencia. Sepa como dominar la moda, y que ésta no la domine a usted", aconseja Ener.

Víctimas que inspiran a otras víctimas

El círculo de las super estrellas, es el que especialmente genera influencia en sus admiradores. Todo lo que hagan, vistan, coman, beban y digan los famosos es muy imitado por las masas y puede repercutir en algo positivo o negativo, dependiendo de las elecciones que tomen las celebridades.

Recientemente la prensa rosa criticó el drástico cambio que se realizó la actriz estadounidense Renee Zellweger en su rostro. Una cirugía plástica que la dejó irreconocible. Numerosas versiones giran en torno a los tratamientos a los que ella se sometió y sobre las causas que la llevaron a ello. Algunos aseguran que es el miedo a envejecer ó, a no ser contratada en papeles protagónicos de relevancia.

Zellweger no es la ni la primera, ni la última, es una más de las bellezas que se atreven a dañar su rostro y otras su cuerpo. Dieron mucho de qué hablar los labios de  Nicole Kidman. Décadas atrás, Pamela Anderson también estubo en el ojo del huracán con sus voluminosos implantes de mama, y así, la lista es extensa. No importa el resultado, muchas mujeres comunes sueñan con parecerse a estas famosas imitándolas casi al pie de la letra.

Y no sólo se trata de los arreglos en el quirófano o clínicas especializadas. También la ilusión visual que ofrecen los retoques en Photoshop, cada vez más populares en las redes sociales, revistas, afiches, etc.


(Ilustración de Roxana Porumbacu, muestra su visión sobre cómo es la vida de una modelo)

El poder del Cuarto Poder

Los medios de comunicación pueden influenciar al público, sí éste se deja seducir.

Desde que  Lesley Lawson, mejor conocida como Twiggy, apareció en el mundo de la moda con su figura andrógina, causó furor. Su estilo fue imitado por muchas chicas y tristemente por desear copiar la esbeltez natural de la supermodelo, muchas cayeron en la anorexia y bulimia.

Algunos programas de televisión, por ejemplo: What not to wear, Fashion Police, The Look for less, Extreme Makover, A Makeover Story y otros, generan mucha presión respecto a lo que se debe y no se debe vestir, en algunos casos mediante burlas, otros enfatizan en la marca de la prenda y otros sugieren cirugías o "tratamientos", como la única solución para estar "perfecta".

Incluso hay libros, que aseguran tener todas las respuestas para un "buen estilo", como The One Hundred: A Guide to the Pieces Every Stylish Woman Must Own, escrito por  Nina García, How not to look old de Charla Krupp y The Pocket Stylish de Kendall Farr, son algunas de las publicaciones que han tenido mucho éxito entre las víctimas de la moda. 


Foto: google. Sarah Jessica Parker en su personaje de Carrie de la serie Sex and the City, con gran éxtio se coronó como un icono de moda y es admirada por cientos de víctimas de la moda

Nicholas Coleridge Presidente de Condé Nast International, escribió a finales de  los 80's el libro The Fashion Conspiracy, el cual hace mención sobre el término "víctimas de la moda", que al parecer fue el recién fallecido Oscar de la Renta quién lo acuñó por primera vez durante un almuerzo con John Fairchild dueño de Fairchild Publications, Inc.

Fairchild lo narra así: "We were sitting at the Caravelle and Oscar looked around and said, 'These people are absolute hell, they look like fashion victims,' and that was the first time anyone had used that expression".