domingo, 28 de mayo de 2017

El problema de llamar Alta Costura a todo

Guatemala es considerado un país subdesarrollado por sus bajos niveles de acceso a educación, salud, etc. En la moda también se queda atrás, cuando se califica como Haute Couture a cualquier cosa.

A inicios de este mes, una de las revistas de moda local hizo referencia a la más reciente colección crucero de Chanel 2018 asegurando que es de inspiración italiana...¿ha leído bien?, ¡italiana!.

Karl Lagerfeld pondría el grito en el cielo al ver que la Antigua Grecia se convirtió en Italia. Son errores que le restan credibilidad y profesionalismo a esos medios.

Guatemala siempre ha tenido que ver la moda desde lejos y asimilarla con lo que tenga al alcance. Y eso se refleja en la interpretación y comprensión de la moda.

Apenas algunas marcas estadounidenses, latinoamericanas, españolas y de otros lejanos lugares son las que lideran el flujo comercial de la moda junto a la economía informal.

El listo-para-vestir de las firmas de la moda de lujo, solamente se aprecian en maquillaje, fragancias y gafas de sol. Los bolsos y demás accesorios circulan en el mercado negro de la piratería.

Ahora bien, Guatemala ya cuenta con sus propios diseñadores, pero no son de Alta Costura, si nos enmarcamos en la definición puramente francesa, de donde se origina el concepto.

 
La crème de la crème chapina se ha vestido con prendas compradas en el extranjero, pero no necesariamente de París. Estados Unidos es uno de los destinos favoritos, ya sea Miami o Nueva York y lo que allá se encuentra es prêt-à-porter.

En el siglo anterior existieron algunos de la elite pudiente guatemalteca quienes montaron pequeños talleres de moda dedicados a su mismo círculo social, posiblemente el que más resonancia tuvo fue Francisco Camacho, pero no fue Alta Costura.

Pero ¿Qué es la Haute Couture?

La traducción literal es Alta Costura. Es un término protegido legalmente por el gobierno francés desde 1945.

Esto significa que ningún diseñador puede usar ese adjetivo para definir su trabajo y publicitarlo si no forma parte ni cumpla con las reglas de la Federación Francesa de la Costura.

Las normas son el tener el taller de costura en París, 20 trabajadores a tiempo completo como mínimo, presentar anualmente dos colecciones de al menos 25 conjuntos cada una, que incluyan atuendos de día y de noche.

La elaboración de las prendas debe realizarse enteramente a mano y a medida. Las casas deben contar con dos talleres base, el de sastrería y de modistería. 



                                       Foto Google. Uno de los talleres de la Casa Dior

Se deben realizar varias pruebas de tallado con la clienta, por lo que previamente se debe hacer la "muselina", es decir, un molde en tela.

Los talleres de bordados, arte plumario y otros, suelen ser independientes y reciben encargos de diversas casas de moda. Cabe reiterar que su trabajo debe ser manual y de excelencia.

Las piezas de Costura requieren la toma de muchas medidas del cuerpo de la clienta, si se trata de una consumidora regular se realiza un torso-maniquí con sus medidas personales. Se necesitan meses de trabajo para concluir un atuendo.

Todo esto y la exclusividad suman a la hora de valuar la prenda. Por lo general, los precios oscilan desde los US$50,000 a US$300,000 de acuerdo con declaraciones dadas a la  BBC en 2015 por Valerie Steele, directora del Museo del Instituto de Moda y Tecnología de Nueva York.

En Guatemala, los atuendos de diseñador más costosos han alcanzado los Q. 20,000 (US$2,800 aprox.). Tristemente se tiene la percepción que esta disciplina se refiere únicamente a vestidos de noche y novia.

Pero la auténtica Haute Couture es más que prendas a medida, diseños exclusivos y tejidos hermosos. Harold Koda y Richard Martin del Museo Metropolitano de Nueva York han expresado que "la Alta Costura representa la fusión  de la moda - la identidad moderna que combina la novedad y la sinergia con las necesidades  sociales y personales - y el vestido, el arte de la modistería, sastrería y artesanía de accesorios y complementos del indumento".



                                        fotos Google. Dior 2007, Armani Privé 2014 y Chanel 2016
 

Se trata de la máxima expresión de las habilidades manuales del hombre con un profundo lirismo. Es delicada literatura narrada en prosa o verso, que entra por los ojos y se expande por la piel, capaz de acariciar el alma. Un placer destinado a quienes se lo pueden permitir.

Para las clientas, la Alta Costura es una especie de club exclusivo que marca su diferencia social respecto al resto, donde van a ser tratadas con esmero, reciben atención individualizada y serán complacidas. Ellas mismas saben apreciar el trabajo y la calidad de la prenda, por lo que no escatiman a la hora de pagar.

En la actualidad, este selecto grupo lo conforman mil consumidoras al rededor del mundo. Si la clienta vive fuera de París y necesita que le tallen el atuendo en su residencia, son delegados de los talleres los que tienen que desplazarse  a cumplir con ese deseo, así de exclusivo es.

La Alta Costura sin duda refleja un alto nivel de creatividad y calidad, pero también ese savoir-faire que la envuelve y la distingue. En el pasado gozó de su era dorada, sin embargo conforme el listo-para-vestir ha ido escalonando en la cima, su concepto se ha hecho más abstracto y complejo de comprender para las sociedades que no han tenido relación directa con ella como el caso de Guatemala.



Fotos Google. Iconicos diseños de Dior, Chanel e Yves Saint Laurent
 

Desde hace unas décadas la Alta Costura ha dejado de producir grandes beneficios económicos, pero es una excelente plataforma para posicionar las firmas e incrementar las ventas de accesorios, maquillaje, perfumería y la línea listo-para-vestir.

Y aunque la Ciudad Luz ya no es la única en dictar la moda, sigue siendo importante y conserva su autoridad en la materia siendo sinónimo de prestigio.

Es que la Alta Costura parisina no se limita a creativos franceses, le ha abierto las puertas a extranjeros, como Balenciaga, Valentino, Versace, Armani, Elie Saab, entre otros.

Incluso, fuera de toda regla Iris Van Herpen se ha presentado en la alta pasarela, pese a trabajar con 3D y en pequeñas colecciones. Se lo ha ganado por su extraordinario nivel creativo.



fotos Google. Valentino 2012, Jean Paul Gaultier 2017 y Bouchra Jarrar 2014
 

El milagro italiano

Solamente Italia pudo incursionar con éxito en su propio territorio, en la misma categoría bajo el nombre Alta Moda.



                      Foto Google. Audrey Hepburn en una creación de las hermanas Fontana.

El Palacio Pitti fue testigo del nacimiento de grandes nombres como Emilio Pucci, las hermanas Fontana, Roberto Capucci, el clan Missoni y Valentino Garavani, entre muchos otros talentos. La Ciudad Eterna acogió los talleres de la bien cualificada alta costura italiana que atrajo la atención de las estrellas del cine internacional.

Sin embargo, durante la séptima década del siglo XX la moda industrial se hizo más presente y muchos modistos se trasladaron a Milán creando el "made in Italy", el centro de la moda más importante del país.

La Alta Costura necesita de un ojo refinado para poder ser apreciada, es lo mismo que un espléndido oído para la música clásica.

¿Y Guatemala, tiene alguna opción?


Ningún país está exento de crear piezas de Alta Costura, pero los diseñadores deben tener claro lo que implica dedicarse a ese sector de la moda y demostrar un control absoluto del corte, las técnicas y creatividad para poder llamar la atención de París y ganar prestigio.

Entre los latinos que han tenido el privilegio de ser invitados a la Semana de Alta Costura parisina, puedo citar dos claros ejemplos: el mexicano Antonio Ortega quien este año será la sexta ocasión que participa y el argentino Gabriel Lage quien ha estado presente en dos oportunidades.

Honestamente, las mujeres pudientes guatemaltecas no están dispuestas a invertir sumas exorbitantes para sus vestuarios. La liliputiense industria de la moda chapina debe saber direccionarse para encontrar su camino.