¿Quiénes son los dueños de la moda? seguramente ha escuchado de Bernard Arnault, se hizo más famoso con el escándalo de John Galliano. Este hombre es considerado el más acaudalado de su país, Francia. Realmente él no tenía nada que ver con la moda, de hecho en el pasado se dedicó a los bienes inmuebles. En 1984 fundó una sociedad de inversiones que incluyó al consorcio textil Boussac/Saint-Frères, en la cual estaba la firma Christian Dior.
Tres años después apoyó a Christian Lacroix, luego compró Celine, una marroquinería de lujo y comenzó a adquirir participaciones en el grupo LVMH (Louis Vuitton y Moët Henessy). Para 1989 tenía en sus manos el 45% de LVMH y la presidencia del mismo, cosa no muy bien vista, al aprecer por las familias Vuitton y Henessy. Givenchy, Berluti, Kenzo, Guerlian, Loewe, Marc Jacobs, Sephora, Thomas Pink, Emilio Pucci, DKNY y La Samaritaine, son otras de sus adquisiciones. Hoy LVMH es el mayor consorcio de productos de lujo del mundo.
Bernard Arnault, foto Google
François Pinault podría decirse que fue su rival. Trabajó en el negocio familiar, una serrería. En 1992 estaba en la cima de dicha actividad comercial y decide comprar la cadena de almacenes Printemps, dos años más tarde adquiere La Redoute, una empresa de ventas por catálogo y así funda el grupo PPR, Pinault-Printemps-Redoute. François Henri Pinault, su hijo, asume la batuta de PPR y adquiere Puma. Hoy es clasificado como uno de los hombres más ricos del mundo. Balenciaga e Yves Saint Laurent también son parte de PPR.
François Henri Pinault y sus queridas Salma Hayek e hija, foto Google
Gucci fue el primer roce entre ambos. Arnault compra el 34% de las participaciones de Gucci para evitar que ésta fuera competencia de Vuitton, pero Pinault compra el 40% de Gucci y la fuerza de Arnault se reduce en 20% sus inversiones. La guerra también abarcó la adquisición de empresas de vinos, casas de subastas y proyectos de arquitectura. Los dos tienen acciones en medios de comunicación.
La triste historia del grupo Prada
Para fines del siglo XX Patrizio Bertelli, el director de Prada compra las firmas Jill Sander, Helmut Lang y Fendi. Pero la suerte no le sonrió. Las marcas no lograron levantar vuelo y tuvo que venderlas. Fendi pasó a manos de LVHM, Sander al financista británico Change Capital Partners y Lang al grupo japonés Fast Retailing.
El imperio Chanel
Los Wertheimer son los dueños de Chanel y no recientemente. Alain y Gérard son nietos de Pierre Wertheimer el original socio de Chanel. En 1924 se crea Parfums Chanel, el 70% era de Wertheimer, Théophile Bader, de Galerías Lafayette tenía el 20% y el pequeño 10% fue de Coco Chanel, lo cual minó las relaciones comerciales entre ellos, pues Coco quería una participiación más equitativa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Coco Chanel y Wertheimer se van de Francia cada uno por su lado. Pero Coco regresa para crear su propia colección de fragancias, esto enfurece a Wertheimer, sin embargo llegan a un acuerdo. Ella acepta un jugoso salario mensual.
Cuando Christian Dior lanza el "New Look", Chanel se ve en la necesidad de reforzar su popularidad y vuelve a realizar otro acuerdo con Wertheimer. Esta vez ella le cede todos los derechos de los productos Chanel. Mas adelante Wertheimer compra las acciones de Bader y su hijo Jacques Wertheimer compra la totalidad de la Casa Chanel.
Con el objetivo de conservar el savoir faire, en 2002 la empresa Chanel adquiere la mayoría de los derechos de los talleres Lesage, la casa de bordados mas importante de Paris y las más antigua aún vigente, incorporándola a su subsidaria Paraffection.
Desde 1985 Chanel ha ido anexando talleres artesanos de lujo como el bisutero Desrues, el plumajero y florista Lemarié, la casa de sombreros Michel, el zapatero Massaro, los bordadores Montex, Lanel, el guantero Causse, la fábrica escocesa de tejidos de punto Barrie, los creadores de flores Guillet, el plisador Lognon, el orfebre Goossens, los fabricantes de tejidos y tweed ACT 3.
Bloomberg publicó un estimado de la fortuna de los Wertheimer, la cual asciende a 14.000 millones de euros aproximadamente.
Las joyas y relojes de Rupert
Compagnie Financière Richemont SA es otra gran sociedad de cartera, fundada en 1988 por el sudafricano Anton Rupert. La empresa tiene sede en Suiza y aglutina una vasta variedad de compañias, en su mayoría relojes, joyas y plumas de escritura, como Cartier, Van Cleef & Arpels, Montblanc, etc. En moda tiene el control de Chloé y las joyas y relojes de Ralph Laurent.
Una realeza en el negocio de la moda
Mozah bint Nasser Al-Missned es mejor conocida como la ex jequesa de Catar. Valentino fue su primera adquisición y recientemente lo es Balmain. Es la madre del actual emir y tiene fama por su influencia en el lujo, la educación y en medios de comunicación. Es parte de Mayhoola for Investments.
La ex jequesa catarí, foto google
Académicamente es socióloga y su buen gusto la colocan como una de las mujeres más elegantes de la actualidad.
Según el diario El País, Valentino fue comprada en 2012 por 700 millones de Euros y la casa italiana va viento en popa triplicando su volumen de facturación. Se espera lograr lo mismo con Balmain. Le Tanneur, la firma de marroquinería francesa también es suya.
Tiene participaciones en Tiffany's & Co., Porsche, LVMH y Anya Hindmarch, una firma de bolsos, además de otras empresas. También la familia posee varias propiedades inmuebles nada despreciables como el rascacielos The Shard en Londres y los almacenes Harrod's, entre otros.
El conglomerado estadounidense
Isaac Phillips y John Van Heusen crearon a mediados del siglo XX Phillips-Van Heusen Corporation, también conocida como PVH Corp, un grupo empresarial de ropa estadounidense que posee marcas como Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Izod, Speedo, las licencias de Arrow, Nautica, Geoffrey Beene, BCBG Max Azria, Chaps, Sean John, Kenneth Cole New York, Joseph Abboud, Ted Baker y Michael Kors.
La realidad es que ser diseñador no es suficiente para gobernar en la moda. Podría citar varios ejemplos, pero resulta la misma historia. Muchos quienes cuentan con el talento, necesitan un inversor para poder sobresalir en esta competitiva industria. Otros que intentan navegar solos se enfrentan al círculo vicioso de la fugacidad de la moda, al passé de mode y si no se aferran a la tendencias aunque no forme parte de su estética se ven obligados a cerrar o vender.
